Sobre los Dioses

El Panteón de Tayrmund:

Un panteón, varias voluntades. Las fuerzas y energías que precedieron a la creación del mundo no quedaron del todo “atadas” a la creación de Keös y Zyön. En Tayrmund los dioses nacieron de las necesidades y sentimientos del mundo y de los propios primigenios, con una misión o función asociada pero con capacidad pensante. No son omnipresentes, ni omniscientes. Con el tiempo desarrollaron su propio ego por lo que no es extraño que tengan conflictos entre ellos, sentimientos y puedan llegar a desviarse de su camino.

Actualmente existe un “panteón” bastante conocido y definido. Esto no significa que vaya a ser igual siempre, de la misma manera que las energías del universo y las propias necesidades del mundo les creó, pueden desaparecer o entrar en letargo. También podríamos llegar a ver nacer nuevos dioses.

Yria; Diosa de la Vida y del Destino, Custodio de la Creación. La Mariposa:

Es la mayor de todo el panteón, una diosa bondadosa, paciente, es la encargada de velar por la Vida misma, el testigo directo de la primera creación por parte de los Primigenios, nació en ese mismo momento y desde entonces vela por toda la vida que puebla Tayrmund. Sin embargo, velar por la vida no significa proteger a toda vida sin más, no siempre se puede salvar a todo el mundo y a veces es necesario no hacerlo para que el Ciclo de la Vida en sí mismo siga su curso tal y como debe.

Moeb; Dios y custodio del Tiempo. El Hipogrifo:

Se cuenta que hay un dios que nadie ha visto pero que todo el mundo percibe y siente; el paso del tiempo. Poco o nada se sabe de Moeb, para él el tiempo no es lineal, vive pasado, presente y futuro, es capaz de percibirlos sin un orden, sin un sentido pero a la vez dando sentido a todo.

Naela; Diosa de la Magia. La Dragona:

Instintiva, espontánea, muy creativa… Perfeccionista y exigente cuando el uso de la magia está de por medio. La propia existencia y uso de la magia en Tayrmund propició su nacimiento. Vela por el buen uso y fomenta el uso de la magia. Fue la precursora de la creación de las Escuelas de Magia, si alguien posee el don debe tener un lugar al que acudir para cultivar y mejorar en el uso de las artes mágicas.

Mära; Diosa de la Guerra. La Leona.

Es el orgullo personificado, la diosa de la guerra, la “leona” del panteón de Tayrmund. Ella representa la fuerza de la guerra, la inspiración para aquellos que quieren alcanzar la gloria en la batalla. Estratega y calculadora, siempre está presente allí donde la sangre hierve en busca de un buen combate o en los enormes conflictos bélicos entre regiones o pueblos. Se dice que nació de un primer gran conflicto entre Daonnas ocurrido en la Edad Perdida.

Daekos; Dios del Amor Verdadero. El Gato Blanco:

Romántico, dulce, amante del arte… Disfruta de las relaciones de amor puro no sólo a nivel sentimental clásico, sino también de las relaciones de amistad verdaderas, aquellas plasmadas en los cuentos e historias. Está en Tayrmund desde el mismo momento en el que dos almas gemelas se cruzaron para estar juntas durante toda su vida, es imposible determinar un momento concreto, el amor fue algo innato a la creación de los Primigenios y ni siquiera ellos pudieron escapar a ese sentimiento…

Daekar; Dios del Sexo. El Fauno:

Travieso, curioso, juguetón… Amante y digno representante de los placeres carnales. Cuenta la leyenda que existía un pueblo en el que sus habitantes daban rienda suelta a su lujuria sin medida o condición, acostumbraban a celebrar fiestas multitudinarias con encuentros carnales en grupo y de esa costumbre nació Daekar… No obstante, nadie ha podido constatar que esa historia sea verdadera, lo cierto es que el dios existe y es el patrono de esa clase de fiestas y de los placeres de la carne.

Zetbos; Dios de la Sabiduría. El Zorro Blanco:

Es el único Dios del panteón que no nació como dios, fue un mortal cuya ansia de conocimiento le llevó a un gran viaje que poco a poco le permitió alcanzar una sabiduría tan amplia que se ganó la condición de Dios… No se sabe cuándo, ni cómo pero actualmente es el guardián del conocimiento, aquel que empuja a los mortales a buscar la sabiduría y compartirla pero también a tratarla con el respeto que merece… La información siempre es valiosa y a veces te puede llevar a la perdición…

Úria; Diosa de la Buena Muerte. El Cuervo:

Diosa compasiva, calmada, paciente…  tiene muy clara cuál es su labor y trata a aquellos que mueren en su seno con la delicadeza y el cariño que merecen. Es la guía de las almas que mueren de manera honorable y acorde a sus creencias, ya puede ser por una muerte calmada o una en batalla, según los principios del fallecido será o no una “buena muerte”. No se conoce el origen de esta Diosa pero del mismo modo que Yria nació en el momento en el que se dio la creación, ella es su hermana más cercana y junto a ella forman la dualidad más básica de la propia existencia. La Vida y la Muerte.

Tyria; Diosa de la Justicia y la Verdad. El Halcón:

Es la rectitud personificada, imparcial y honesta… Es aquella que vela por la Verdad y el cumplimiento de la ley. Allí donde haya una injusticia, Tyria tratará de intervenir para ayudar al afectado/a… No se conoce su origen concreto, pero se cree que dada su naturaleza, debido a los múltiples conflictos entre Daonnas en la Edad Perdida, surgió la necesidad imponer justicia y encontrar un equilibrio en los actos del mundo mortal.

Oriel; Dios de la Mala Muerte. La Máscara Blanca:

Del mismo modo que la Muerte es el final ineludible de todas las cosas, la propia existencia de ésta dio lugar a múltiples interpretaciones de sí misma y una de ellas cobró tanta fuerza que dio lugar a un dios más, alguien que quizá no debía haber existido pero al que los propios mortales le otorgaron la existencia. Malicioso, astuto, mezquino, Oriel es aquel que viene a buscar las almas de aquellos que mueren en desdicha o vergüenza conforme a sus principios o cultura. Se le representa con una máscara blanca porque no todo el mundo le ve del mismo modo, adquiere la forma de tus miedos más profundos y se aprovecha de ello… Hasta ahora no se conoce mucho sobre él, pero se sabe que si viene a buscarte es porque tu final quizá no debió ser ese.