Es una gran isla, hogar de los Krauja, una de las razas más orgullosas y misteriosas de todo Tayrmund.
ACTUALIZACIÓN del trasfondo: Su origen es sin duda uno de los más oscuros, pues tiempo atrás fueron elfos Kal’Athil que, desterrados, perdieron su luz hasta casi marchitarse. En su desesperación, las leyendas cuentan que hicieron un pacto con un dios que les ofreció grandeza. Como todas estas historias, el pacto requería un alto precio y una sed de sangre incontrolable.
En cuanto a aspecto son estilizados, con las orejas afiladas y la piel muy clara, es la raza que identificaríamos como “vampiros”. Tienen colmillos, se alimentan de sangre y aunque el sol no los mata, sí que sienten cierta sensibilidad o desprecio por éste, prefieren los ambientes en penumbra u oscuros. La isla tiene un clima húmedo, con bosques muy frondosos de árboles altos y algunas montañas escarpadas. Se trata de una sociedad patriarcal a pesar de estar bajo el yugo de la Emperatriz del sur, en este aspecto chocan bastante con ella pero no les queda más remedio que aceptar su hegemonía. Están representados y dominados por un Triunvirato que son los encargados de gestionar/administrar la isla de una manera bastante feudal, ellos son quienes nombran a Duques o Condes y quienes pueden tener el poder de dar títulos nobiliarios. Al contrario que sus vecinos los orcos, no basan su poder en la fuerza bruta, son astutos y maliciosos, son muy competitivos entre ellos pero consiguen lo que quieren de una forma más traicionera y “discreta”.
En cuanto a sus recursos, la madera de Daear Gwaed es de las mejores para la artesanía o los ebanistas, son expertos en la elaboración de venenos y derivados, fabrican las mejores velas de todo Tayrmund y tienen a los mejores cereros para ello, prefieren la iluminación tenue y por ello han perfeccionado su técnica de manera exquisita. Además, les encanta comerciar con objetos de lujo y cosméticos ya que su sociedad se basa muchísimo en lo ostentoso y las apariencias.
A rasgos generales, los Krauja tienen un orgullo de raza inconmensurable, sólo responden ante la Reina Araña, aunque no sería raro escuchar a alguno afirmar en privado lo contrario. También podría decirse que son una raza culta, gustan del arte y la lectura, hay muy buenos escritores y artistas krauja.